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Cómo organizar y conducir una asamblea general anual – Parte I

Comprender cómo llevar a cabo una asamblea general anual exitosa resulta crucial. Esto se debe a que las asambleas generales constituyen una fuerte convergencia entre la gerencia y los socios o partes con interés. Su gestión adecuada marca la pauta para la Junta Directiva y para toda la empresa.

Al planificar la reunión general, muchos aspectos entran en discusión, y dependen de si la reunión se realizará en línea (de forma remota) o en persona (presencial). De cualquier manera, se deben tomar las provisiones necesarias para llevar a cabo una reunión general anual exitosa desde el inicio de la reunión (llamado al orden) hasta su clausura.

Una asamblea general anual es una reunión mandatoria de los ejecutivos, directores y partes con interés de una organización. La Asamblea General Anual permite tomar decisiones relativas al logro de los objetivos de una organización. Este acto reúne a los miembros y socios de una organización para discutir los resultados del año que ha transcurrido, así como las actividades del año próximo, con el fin de tener un retrato claro de los próximos pasos a seguir. Una asamblea general anual es una reunión de miembros de una organización durante la cual estos pueden hacer preguntas y obtener información sobre su desempeño. Algunas organizaciones están obligadas a celebrar una asamblea general anual cada año calendario. El período de tiempo entre una asamblea general anual y la siguiente comúnmente no puede exceder los 15 meses.

Una asamblea general anual permite:

  • Compartir las actividades y el retrato financiero de la organización
  • Realizar votaciones sobre renovaciones y enmiendas
  • Reelegir miembros de Junta y auditores
  • Aprobar disposiciones presupuestarias
  • Tomar decisiones relacionadas con los objetivos de la organización

Las formalidades de una asamblea general anual se establecen mediante una guía de procedimiento, es decir, el reglamento interno o los estatutos (“bylaws”) de la organización. Estas reglas determinan el método de convocatoria, los participantes, el quórum mínimo requerido, los requisitos de votación y cualquier otro detalle que le permitirá celebrar una asamblea general anual adecuada.

Planificación y convocatoria

Planificar para su asamblea general anual es esencial. El encargado de organizar la reunión y convocarla suele ser el presidente, el vicepresidente, y un secretario o un miembro de la junta directiva. Este detalle normalmente está escrito en los estatutos de su empresa.

El modo de convocatoria

El método de convocatoria es cómo se llevará a cabo la reunión. Una asamblea general anual generalmente se lleva a cabo en persona, pero los estatutos pueden permitir un modo virtual o, incluso, híbrido. En los últimos años, sobre todo debido al advenimiento del COVID-19, hemos visto un aumento en las reuniones de manera remota. Hoy sabemos que las reuniones remotas son bastante posibles y pueden ser igual de constructivas. Si su asamblea general es de manera remota, se deben seguir las formalidades, tal como se hace para una reunión presencial. Asegúrate de tener las herramientas tecnológicas adecuadas para conciliar la reunión y la información importante de forma segura.

Los estatutos también determinan quién puede asistir a la reunión, pero a veces no lo hacen. En este caso se deberá convocar a todos los miembros de su organización sin distinción. A menudo se convoca a otras personas con fines operativos, como el director financiero. En definitiva, los participantes de la asamblea general son personas que deben ser indispensables en la presentación de resultados y en la toma de decisiones.

La estructura de la convocatoria

La convocatoria se envía entre 8 y 15 días antes del día del evento o como lo dispongan los estatutos. Una convocatoria debe incluir la siguiente información:

  • El nombre de su organización
  • Nombre del autor de la convocatoria.
  • El líder de la asamblea general anual
  • Quiénes son convocados
  • La fecha y hora de la reunión.
  • La ubicación y/o URL de la reunión virtual.
  • Puntos de discusión (agenda) y documentos relacionados
  • Las reglas que regirán la asamblea
  • Tópicos que serán objeto de votación
  • Los estados financieros del año, incluyendo los informes de los auditores (si los hubiere)
  • Una nota que informe a los miembros sobre su derecho a designar un “proxy” y un formulario de “proxies”
  • Instrucciones especiales, e. g., tener listos nombres de personas a ser nominadas para ocupar un puesto en la Junta y/o comités
  • Instrucciones de cómo se llevará a cabo el proceso de votación y selección de miembros de Junta y comités

Así, la agenda se puede compartir con antelación a la convocatoria y proyectarse en una pantalla durante la reunión. También se podrá enviar el aviso de la reunión por correo electrónico a todos los participantes.

¿Qué es un “proxy”?

Cualquier miembro que no pueda asistir a una reunión puede designar a alguien (llamado «proxy») para que asista a la reunión en su nombre. Un “proxy” tiene los mismos derechos que el miembro para votar y hablar en la reunión.

¿Qué es un quórum?

Un quórum es el número mínimo de miembros que deben asistir (en persona o por “proxy”) a una asamblea general anual para que sea una reunión válida.

¿Qué sucede si no hay quórum?

Comúnmente se establece que si no hay quórum dentro de los 15 minutos de la hora de inicio programada de una asamblea general anual, el presidente debe posponer (aplazar) la reunión por una semana o para otra fecha que los directores elijan. Si no hay quórum presente en la reunión reconvocada dentro de media hora de la hora de inicio programada, los miembros presentes constituirán el quórum y la reunión podrá continuar. Generalmente, en la nueva reunión sólo podrán tratarse los asuntos que quedaron pendientes en la asamblea general anual anterior y que fueron aplazados. Cuando una reunión se aplaza por 30 días o más, la notificación de la reunión reconvocada debe ser entregada a los miembros según lo establezca el reglamento.

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Las responsabilidades de los miembros de junta

Uno de los desafíos fundamentales con el que luchan muchas juntas directivas es comprender los roles y responsabilidades de sus miembros y cómo cumplirlos. Una junta directiva es un conjunto de personas que intentan operar como un grupo. Funcionar como grupo es algo con lo que muchas personas no se sienten cómodas. Entonces cada junta evoluciona con su propia cultura. Cada cultura está dictada por los antecedentes de las personas que pertenecen y han pertenecido a la junta.

Cumplir todos los roles y distribuir responsabilidades entre los miembros de la junta directiva puede garantizar una supervisión adecuada y permite que la organización avance hacia su misión y propósito. Al comprender cómo cada miembro encaja en el panorama, los miembros de la junta pueden empoderarse mutuamente y apoyar mejor a la organización como un grupo unido, creando así una cultura de trabajo que sea congruente con su misión.

Los deberes de la junta directiva van desde brindar supervisión financiera hasta determinar la mejor manera de manejar los recursos organizacionales. Las juntas son elegidas para representar a los accionistas y a las personas con interés, por lo tanto, se les asigna una serie de deberes relacionados con la ruta que la organización se ha trazado. Comprender las responsabilidades de la junta directiva es crucial para los nuevos miembros o para aquellos que esperan ocupar el puesto algún día, por lo que es importante ser consciente y consistente con estos deberes.

Por ejemplo, las responsabilidades de los miembros de la junta directiva de una organización con fines de lucro pueden diferir de las funciones y responsabilidades de los miembros de la junta directiva de una organización sin fines de lucro o de un condominio. Si dirige una organización sin fines de lucro o un condominio, es importante describir las responsabilidades de la junta directiva para garantizar una gestión eficaz. La estructura de una junta directiva de una organización sin fines de lucro debe reflejar sus necesidades únicas, así como las de los accionistas y partes con interés. Al considerar las funciones de la junta directiva de las organizaciones sin fines de lucro, el incluir a todos en la conversación es vital para el éxito del grupo. Ya sea que esté tratando de determinar los puestos de los miembros de la junta directiva, las responsabilidades de una organización o los roles de una junta directiva con fines de lucro, debe recopilar las opiniones de todos los involucrados para asegurarse de que se escuchen todas las voces.

¿Cuáles son los deberes de los miembros de la junta directiva?

La falta de comprensión de lo que constituyen deberes en el quehacer de la junta directiva puede conducir a toda una serie de disfunciones, como la microgestión, la toma de decisiones deshonestas y la falta de compromiso. En ese sentido, cada Junta debe tener las siguientes posiciones debidamente conformadas, independientemente de su tamaño: a) Presidente, responsable de dirigir la junta y facilitar las reuniones; b) Vicepresidente, actúa como suplente del Presidente de la junta y segundo al mando; c) Secretario, responsable de las comunicaciones oficiales con los miembros de la junta y de registrar las reuniones, y d) Tesorero, supervisa todos los asuntos relacionados con las finanzas, la propiedad y el presupuesto de la organización.

Dado que es imposible hacer bien un trabajo si no se sabe cuál es, todas las juntas directivas deben tomarse el tiempo para garantizar que cada miembro de la junta comprenda plenamente lo que se espera y se necesita de ellos.

Deberes básicos de los miembros de la junta directiva

Esto comienza con una comprensión de los deberes legales fundamentales de cada miembro individual de la junta, que incluyen:

Deber de diligencia: cada miembro de la junta tiene la responsabilidad legal de participar activamente en la toma de decisiones en nombre de la organización y de ejercer su mejor criterio al hacerlo.

Deber de lealtad: cada miembro de la junta debe anteponer los intereses de la organización a sus intereses personales y profesionales cuando actúa en nombre de la organización en una capacidad de toma de decisiones. Las necesidades de la organización son lo primero.

Deber de obediencia: los miembros de la junta tienen la responsabilidad legal de garantizar que la organización cumpla con las leyes federales, estatales y locales aplicables, y se adhiera a su misión.  Pero esto es sólo el punto de partida, ya que las juntas tienen responsabilidades que van mucho más allá de estos tres deberes legales.

Básicamente, una función básica de la junta directiva es contratar al director ejecutivo o gerente general, y evaluar la dirección y estrategia generales de la organización. El director ejecutivo o director general, cuando la organización posee uno, es responsable de contratar a todos los demás empleados y supervisar el funcionamiento diario de la empresa. Los problemas suelen surgir cuando no se siguen estas pautas. El conflicto ocurre cuando los directores comienzan a inmiscuirse en el funcionamiento diario de la organización. Por el contrario, la gerencia no es responsable de las decisiones y políticas generales de la organización. Estas funciones recaen en la Junta. No hay dos juntas directivas que estén configuradas exactamente iguales en términos de las funciones de sus miembros, ya que éstas a menudo varían según el tamaño de la organización, el tipo de industria que le regula, los “bylaws”, y los títulos y responsabilidades de los miembros de la junta.

La junta directiva selecciona a los funcionarios de la junta. El cargo principal es el del presidente o presidenta de la junta. A continuación hay una vicepresidenta o vicepresidente que actúa en ausencia del presidente. Estos puestos son ocupados por miembros de la junta exclusivamente. Se suele tener un secretario y un tesorero o una combinación de secretario y tesorero. Estos puestos se centran en actividades muy específicas y pueden cubrirse eligiendo a alguien que forme parte de la junta directiva o nombrando a alguien que no sea miembro de la junta directiva si los “bylaws” lo permiten. El proceso de selección a menudo se basa en quién está dispuesto y quién es el más calificado, aunque la antigüedad puede entrar en juego al momento de tomar estas decisiones. Cada junta puede tener sus propias formas de manejar esas cuestiones.

Responsabilidades de la junta

Los cinco puntos siguientes describen las principales responsabilidades de la junta directiva:

Reclutar, supervisar, retener, evaluar y remunerar al gerente general. Reclutar, supervisar, retener, evaluar y remunerar al director general o a la directora general son probablemente las funciones más importantes de la Junta.

Proporcionar dirección a la organización. La junta tiene una función estratégica al proporcionar la visión, misión y objetivos de la organización. Estos suelen determinarse en combinación con el director ejecutivo o el director general de la empresa.

Establecer un sistema de gobernanza basado en políticas. La junta tiene la responsabilidad de desarrollar un sistema de gobierno para la organización. Los “bylaws” proporcionan un marco, pero la junta desarrolla una serie de políticas complementarias. Las reglas que se establezcan para la empresa deben basarse en políticas. En otras palabras, la junta desarrolla políticas para guiar sus propias acciones y las acciones del gerente. Las políticas deben ser amplias y no estar definidas rígidamente para permitir un margen de maniobra para lograr los objetivos.

Deber fiduciario de proteger los activos de la organización y la inversión de los miembros/socios. La junta tiene la responsabilidad fiduciaria de representar y proteger los intereses de los miembros/inversores en la organización. Por lo tanto, la junta directiva debe asegurarse de que los activos de la empresa se mantengan en buen estado. Esto incluye la planta, los equipos y las instalaciones de la empresa, incluido el capital.

Función de seguimiento y control. La junta tiene una función de seguimiento y control. La junta está a cargo del proceso de auditoría y contrata al auditor. Es responsable de garantizar que la auditoría se realice de manera oportuna cada año.

En conclusión, ningún rol en una organización es más importante que otro. Cada grupo debe trabajar en conjunto por el bien que se persigue. Además de que cada miembro de la junta directiva cumpla con sus propias funciones y responsabilidades, hay varias responsabilidades que todos comparten, entre ellas la honestidad y la integridad. Actuar responsablemente significa construir relaciones cercanas que tengan límites responsables para la independencia y el profesionalismo. Cada persona es responsable de sus propias acciones y debe ser consciente de las acciones de sus homólogos. En general, cuando cada persona actúa en el mejor interés de la organización, la organización sirve mejor al interés que se persigue.

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